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divendres, 3 de juliol del 2009

HW25, JUGUETE ROTO


Nunca mejor dicho. Un amigo coleccionista y “trapicheante” de armas de aire comprimido me ha pasado esta linda carabina alemana. Es como un juguete, pequeña, ligera, manejable por cualquier júnior o dama… De hecho es la que usa la mujer del susodicho para sus prácticas. Pero hete aquí que efectivamente está rota… Se ve que al ir a montar, sin más, se “cayó” el cañón y el muelle no ofreció la más mínima resistencia…




En la mesa de operaciones, compruebo que tiene unas soluciones mecánicas muy parecidas a sus hermanas mayores, pero a escala, lógicamente. El gatillo es de accionamiento directo y simple, y sólo tiene un truquillo para similar los dos tiempos, que consiste en que la cola del disparador es una pieza aparte de la que propiamente engancha el pistón y va fijada a esta por medio de un pasador y tiene un ojal que permite un cierto movimiento antes de accionar la pieza-enganche interior. Empujando lateralmente un pasador se quita fácilmente el gatillo y su muelle. El bloque trasero que alberga el propio gatillo, contiene el sistema de seguro y actúa de tapón de la recámara conteniendo el empuje del muelle, va sujeto con un tornillo en la parte inferior, pero (emulando a sus familiares mayores) también tiene dos cuadradillos encajados en los agujeros cuadrados que posee en los laterales el cuerpo del arma y en los rebajes de igual forma que tiene el bloque citado. Un sistema ingenioso y eficaz, pero no excesivamente fácil de liberar. Hay que vencer un poco la fuerza del muelle empujando contra la mesa y al mismo tiempo con una aguja grande o punzón apropiado hacer saltar los cuadradillos.


Cuando la tengo abierta, quito el muelle y al empujar el pistón con un destornillador, noto que el vástago interior de este, que actúa de enganche, no sigue al resto del pistón. Aquí tenemos el problema. Quito las dos piezas en que se ha convertido el pistón y luego con dificultad logro que salga el sello que se había quedado entretenido dentro de la cámara de compresión…Y es que se rompió el reborde que debe mantenerlo solidario al pistón… Pero ¿será posible? El sello es de teflón. Jamás vi, de origen, uno de teflón, por lo tanto supongo que alguien lo habrá fabricado ante la dificultad de encontrar uno original, pues la carabinita no es de uso corriente en nuestro país.
Un examen del desaguisado me reafirma en la creencia que “alguien” ya manipuló la joyita. Las piezas que componen el pistón (tubo, vástago retenedor y el “tapón” delantero que lo unifica) podría ser que estuvieran entradas a presión simplemente, de origen, pero ahora se ve que tienen un pasador (roto) que las fija. Me hace sospechar esto el hecho de que el pasador no está bien alineado y podría ser que el “alguien” que se lo encontró todo desarmado optase por taladrar y poner un pasador. Una buena solución si se ejecuta correctamente, pero en este caso deja mucho que desear… Como dije el taladro está desviado, es de 2.5 mm. y el pasador que se puso es simplemente un clavo, si un clavo de los de clavar en la madera… Descabezado, por descontado, pero se nota que lo es por esas marcas laterales que suelen tener cerca de la cabeza y que en este caso son bien evidentes. Bien esto explica que se haya roto: En primer lugar, no es un acero adecuado para actuar de pasador y segundo, el diámetro de este clavo es algo más pequeño que el agujero de 2.5 mm. Así malamente podría fijar unas piezas sometidas a sacudidas a cada tiro efectuado.

Puestos a arreglar el desaguisado, monto y alineo bien las piezas y procedo a retaladrar con broca de 3 mm. el agujero que por el bailoteo del pasador inadecuado había quedado deformado. De una varilla especial de acero para pasadores, corto una porción ligeramente mayor que el diámetro del pistón, la introduzco (este si entra ajustado) y procedo a remacharlo un poco por ambos lados, una limadita para igualarlo a la superficie y luego en el torno a buena velocidad una lijado para dejarlo curioso.

Conseguir un sello intuyo que será complicado… Busco en Internet por si encuentro alguna pista y no aparece nada, en España, se entiende. Recurro a la página de Sermasports y encuentro que tiene el despiece. Es buena señal, pero al intentar encontrar la pieza en la lista correspondiente, no logro vislumbrarla… Me digo: Si hay despiece, puede que haya pieza… Vamos a molestar a Servando a ver si lo tiene. Teléfono al canto y me contesta al acto. Inquiero sobre el sello en cuestión y de entrada me dice que cree que no lo tiene, pero con la amabilidad característica, tira de listados de piezas y busca equivalencias, por si el sello es el mismo que el de alguna otra carabina y lo tiene por ahí archivado con una referencia diferente a la del despiece… Pues, no, no hay suerte… Y es que ya me habría extrañado a mi que fuera igual que alguno de otra carabina… Es tan pequeño, tiene sólo 22 milímetros de diámetro, que no creo que haya otra HW de tales dimensiones. Servando se ofrece a pedírmelo a Alemania, pero por descontado que tardará un tiempo. Dudo un momento, pero acto seguido decido que me lo voy a fabricar y agradezco su ofrecimiento, pero quedamos en que si no triunfo en el intento, le pediré socorro, para que me pida uno original.




En cuando dispongo de tiempo, procedo a buscar una barra de poliuretano y la fijo al plato del torno. Mecanizo el asiento que encaja en el pistón y lo corto a tamaño algo mayor de lo deseado. A continuación lo monto en el pistón, con una gota de cola de contacto, para que no gire al mecanizar. Con muchas revoluciones y una herramienta afilada y asentada con piedra al aceite para que corte como una navaja, le doy la forma exacta para que deslice y selle bien. Lo torneo algo cónico para que sólo el labio roce la cámara y luego con una herramienta amolada ex profeso le marco una ranura frontal cerca del borde, para que la propia presión ejercida al trabajar, coadyuve a ajustar el labio contra la pared de la cámara.





Volver a montar todo, es tarea fácil. Pongo grasa tipo miel en el muelle y una pizca de grasa corriente en el lateral del sello para que deslice bien desde el primer momento, comprimo a mano (no es muy potente el muelle) y pongo el tornillo. A continuación, antes de fijarlo definitivamente, inserto los cuadradillos que son los que dan la posición exacta. Aprieto el tornillo a fondo, coloco el disparador, su pasador y su muelle y ya está la mecánica a punto. Mediante dos tornillos fijo la culata y a punto para comprobar como ruge.

Y efectivamente lo compruebo, rugir ruge poco. Tiene un estampido contenido y en retroceso casi imperceptible. Con balines JSB Match hago una serie de tiros a 10 metros y me quedo sorprendido de la agrupación que consigo. Sin tenerle tomada la mano, sin conocer el gatillo (que no es de competición precisamente), con el poco peso que tiene y sin ningún aditamento de tiro (mi vista ya no da para mucho y para miras abiertas necesito gafas de tiro), consigo una agrupación de un par de centímetros de centro a centro. No está nada mal.

La explicación es bien sencilla: Su poca potencia. Para comprobarlo dispongo el Chrony y hago unos tiros… Efectivamente, no llega a los 170 metros por segundo, pero quizás con el rodaje del sello gana un pelín. Pero aquí salta mi sorpresa: TIENE UNA REGULARIDAD PRODIGIOSA. No hay, entre tiro y tiro, una diferencia superior a un metro por segundo. Supongo que a menor potencia, más probable es que se mantenga la constancia en la potencia, pero de todos modos, seguro que influye positivamente en las prestaciones el magnífico acabado de todas las piezas, que siendo más sencillas que en los modelos superiores, no dejan de tener unos ajustes muy esmerados.

Pues, nada, que el amigo Chema ya tiene a punto el juguete, para que su media naranja le acompañe en las sesiones de tiro.





1 comentari:

  1. Le felicito por sus magníficos trabajos ... !!! Me gustaría intercambiar y comentar algunos temas sobre el apasionante mundo de las armas pneumáticas ...

    jvives2004@gmail.com

    ... salutacions i gràcies !

    Josep

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