Ha llegado a mis manos una carabina Anschutz modelo 275 que
es casi lo mismo que la Haenel
310.
Es un arma que imita un fusil militar (hasta cierto punto),
es de cañón fijo y para montar tiene una especie de cerrojo que sirve para
comprimir el muelle. Si no estuviera colocado tan adelantado daría mucho más la
sensación de fusil militar, pero claro la colocación es obligada por el muelle.
Los proyectiles, únicamente esféricos, son suministrados por un diminuto
cargador que posee en la parte inferior y deben ser de calibre 4.4 mm . tal como advierte
una inscripción. Es una munición rara en nuestro país y parece ser que se
consigue sólo en Alemania.
La avería que presenta es que monta normalmente, pero no
admite el proyectil que tiene a punto en el mini-cargador y en cuanto lo
disparas produce un sonido sordo a modo de ploff que parece indicar un
atoramiento de bola/s en el cañón… Le pregunto a su propietario si usa munición
de 4.4 mm .,
como es preceptivo en este arma, en lugar de la más corriente de 4.5 y me
contesta que naturalmente que si.
Para solventar el contratiempo procedo a desmontar las
tripas del riflito y de paso hago una serie de fotos para que puedan servir de
orientación a alguien con un arma parecida.
Lo primero, es quitar el diminuto cargador que va sujeto por
una palanca y a continuación hay que desenroscar los tres tornillos que
posee en su parte inferior.
Tras esto, nos quedamos con la culata separada del cuerpo
metálico.
A continuación con un botador de tamaño adecuado procedo a retirar el
pasador elástico de la parte más adelantada y que sujeta a la carcasa la parte
no móvil del conjunto muelle-sello-tubo insuflador. Así queda suelto el
conjunto, pero para extraerlo hay que quitar la palanca cerrojo que lo atraviesa
y lógicamente el tapón posterior. Y para comodidad también el disparador…
Luego procedo a remover el pasador de la palanca-cerrojo y a
continuación el segundo pasador elástico
que fija el tapón trasero que contiene la palanca del seguro. No es necesario
seguir este orden a la hora de quitar los tres pasadores, pero hasta que se
sueltan los tres no podemos despiezar las entrañas del arma.
A continuación con un botador más fino quito el
pasador que fija el disparador.
Con todas las piezas retiradas podemos proceder a extraer el
conjunto interno que contiene el muelle a poca presión, el sello y el tubo que
además de ser el encargado de arrastrar el proyectil desde el cargador al
cañón, sopla el aire detrás de éste para que eche a andar.
En este punto ya estoy en disposición de escrutar el cañón y
como no se ve ni pizca de luz a su través, con una varilla de latón y empujando
desde la boca de fuego consigo que salgan los tres magníficos balines esféricos
que se aprecian en la foto.
Para salir de dudas, mediante un Palmer procedo a
calibrarlos. Y uno me da un valor de 4.39 mm ., otro 4.38 y el tercero 4.42. ¡Tate!
Ya lo tengo… Este es el culpable del atoramiento. Pero en seguida me asoma la
extrañeza de que la fuerza (aun que escasa) del arma no haya podido empujar el
proyectil por esas dos centésimas de exceso que posee… Y a continuación a modo
de prueba, acerco a las bolas un imán que tengo a mano en el taller y ¡oh,
sorpresa! Los esféricos proyectiles se quedan prendidos al elemento magnético.
O sea, que el propietario, si que usaba munición
subcalibrada, de 4.4, pero al ser de acero y no de plomo, la mínima
desigualdad, por exceso, en el diámetro, provoca inexorablemente el atasco
porque el acero no se amolda nada con la poca presión que ejerce el sistema de
empuje de este arma.
Bueno, hasta aquí los pasos sencillos para llegar a
desentrañar el misterio del atoramiento, pero ahora hay que re-montar todo para
que siga siendo un arma curiosa plenamente operativa.
En primer lugar, de una tabla de madera de 9 mm . de grosor, corto un
pedazo de 80x24 milímetros.
Fijando el tope central en el tornillo de banco y empujando
con fuerza comprimiendo el muelle, introduzco la tabla dentro del espacio por
el que discurre la palanca de carga-cerrojo.
Procurando que la madera quede centrada es posible
introducir el conjunto dentro de la cámara de potencia sin demasiados problemas
y como se mantiene el muelle comprimido, no es complicado insertar el pasador
elástico delantero que sujeta la parte no móvil del conjunto.
A continuación habría que reposicionar la palanca-cerrojo,
pero como su espacio está ocupado por la pieza de madera que mantiene el muelle
comprimido, debemos buscar una manera alternativa de mantenerlo así, pero
pudiendo retirar el taco de madera.
La forma que se me ocurrió es acabar de comprimir a tope el
resorte y hacer que el disparador enganche (montar el arma, vamos) para lo que
necesitamos tener el gatillo en su lugar.
Procedemos, por lo tanto a recolocar el conjunto gatillo y fijarlo con
su correspondiente pasador, que con algo de habilidad, es relativamente fácil.
Lo siguiente si que tiene su intríngulis…: Montar el arma
sin la palanca-cerrojo.
Dependerá de los medios a nuestro alcance. En mi caso, que poseo un
tallercito relativamente equipado para el mantenimiento de maquinaria, he
podido usar unos alicates de los de extraer anillos de presión exteriores. O
sea una herramienta que al apretar los mangos, sus puntas se abren en lugar de
cerrarse como en unos alicate de punta corrientes.
Como se que no todo el mundo tendrá a mano una herramienta
de este tipo, he comprobado que también se puede montar apoyando la madera,
previamente algo ladeada, en el canto de una mesa y… ¡Mucho cuidado!
Tal que así:
Una vez el arma montada, hay que proceder con precaución de
no tocar el gatillo pues no tenemos seguro ninguno. Y procederemos a instalar
la palanca-cerrojo en el hueco que ha dejado libre la madera.
Como dentro de la palanca va una pieza empujada por un
muelle es complicado alinearlo todo e introducir el pasador. El sistema que he usado consiste en
fabricarse un falso pasado más corto que el original (10 milímetros , que
equivalen al grosor de la palanca), y del mismo diámetro que el original (7 milímetros ).
Reconozco que puede no ser fácil encontrar una varilla de 7 mm . para cortar un trozo…
En la foto, es lo que señalo con la flecha roja.
Así, con la palanca y su dado macizo interior empujado por
un resorte, fijados con el pasador provisional, lo introducimos todo en su
sitio, lo alineamos con los agujeros de las orejetas y empezamos a introducir
el pasador original, mientras, al mismo tiempo, se va retirando el de 10 milímetros , hasta
que cae y el otro se queda perfectamente colocado.
A partir de aquí, ya solo nos queda colocar el tapón-seguro
con su pasador elástico. Hay que poner atención que la palanca del seguro quede
hacia arriba para que actúe correctamente, pues si quedara en la orientación
contraria, además de no actuar como seguro, nos impediría volver a montar el
hierro en la culata. Cosa que haremos a continuación sin mayores problemas tras
apretar los tres tornillos que hemos sacado en primer lugar.
Esto es todo. Espero que ayude a alguien…
como siempre en cantado con tus reparaciones y restauraciones un saludo
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