Mi amigo coleccionista, que como
yo ya tiene una edad, es abuelo. No hay nada tan conmovedor como que un nieto
empiece a “interesarse” por las armas
(de aire comprimido, en este caso) que uno colecciona con cariño. Ante tal
interés, mi amigo no pudo resistir la tentación de regalarle al nietecito una
“escopeta de corchos”... Pero como amante de los fierros añejos, no podía
comprarle un “arma” de plástico de las que se encuentran en cualquier parada de
juguetes en cualquier feria. Como había adquirido, tiempo ha, una Haenel X que precisamente posee las
características idóneas para un mozo de corta edad, decidió obsequiársela...
Pero estaba en tan mal estado que resultaba imposible si quería quedar como un
abuelo-abuelo...
Y decidió acercarse a mi cuchitril con el fierro para ver si
se lo adecentaba...
Tenía mal aspecto, le faltaba el guardamonte y no expulsaba
los tapones por falta de fuerza...
El día que me la trajo, hablamos largo y tendido y acordamos que se la pondría en funcionamiento y que me
cuidaría de que se la cromaran pues estaba dispuesto a gastarse un dinerillo
para el nieto querido, pero deseaba que
quedara “como nueva”.
Le advertí que a diferencia de tiempo atrás, ahora dispongo
de pocas horas para la afición y que la restauración sería lenta, que no
esperara rapidez, pues lo haría “a ratos” y cuando pudiera. Dijo que de
acuerdo, pues el nieto era muy pequeño aún y casi mejor que creciera algo...
Cuando examiné el juguete me di cuenta que había sido hecho
para no desmontarlo “completamente” nunca más, pues la báscula iba fijada a la
culata por unos remaches. Si quería cromar las piezas metálicas tenía que
desmontar todo y por lo tanto no había más remedio que intervenir invasivamente
y a fondo.
Mediante taladro, comí una parte de los remaches y los
saqué:
Y en un rato, tenía ante mi mesa un montón de “chatarra”:
Estas piezas cubiertas de robín las limpié a base de
sumergirlas unas horas en un desoxidante comercial que se adquiere en la
ferretería. Luego las piezas exteriores las llevé a una empresa que se dedican
a cromar (especialmente piezas para restauración, que si bien lo trabajan con
mimo, son muy caros -lo comprobé, tarde, al retirarlas-).
En cuanto a la culata, que no estaba en muy mal estado,
bastó con una lijada a conciencia para no perder la inscripción de la fecha de
fabricación (supongo): un día de octubre del año 31, nada más y nada menos...
A continuación una buena capa de barniz para parquet (para
que resista los maltratos del enano) y una pasada de estropajo verde para
matarle el brillo excesivo que no me gustaba del todo.
Tras unos quince días de espera, pude retirar las piezas del
taller de cromado.
Olvidé decir que para sustituir los remaches destrozados al
desmontar, fabriqué unos pasadores con tornillo en un extremo que se aprieta
mediante una “llave especial” (de fabricación casera a partir de unos pedazos de sierra para metales) para
que no sea fácil desmontar. Poniendo algo de fijador en las roscar podemos
decir que tenemos algo casi tan “definitivo” como un remache, pero que en un momento dado se
puede retirar. En cuanto al guardamonte, fue simplemente cortar una tira de
chapa adecuada y formarle los anclajes según pedían los puntos de fijación.
Volver a montar fue tan fácil o tan difícil como recordar
los pasos dados para desmontar hacía unas semanas y desandarlos. De hecho, son
una serie de tubos uno dentro de otro que se aguantan sólo por su buen diseño,
sin tornillo de ninguna clase.
Solo cambié una serie de arandelas (3) de cuero que hacían
la función de puerto de transferencia por una pieza de poliuretano que mecanicé
en el torno que propició que quedara todo mejor fijado, pues el cuero reseco
por los años entraba algo suelto y ni bañándolo en aceite daba garantías.
El resto, sin problemas fue quedando en su lugar y los pasadores
con tornillo de remate originales (como los que me fabriqué para sustituir los
remaches, pero con ranura de destornillador plano normal) lo fijaron todo.
De manera, que el juguete se quiebra para montar, cual
escopeta para cartuchos de caza de un cañón:
Y para recreo de la vista y hacerse una opinión de lo
contento que va a ponerse el chaval, ahí una cuantas fotos:
Una ves mas ha operado tu magia estimado Quintà !!! Felicitaciones al nuevo propietario y que lo disfrute mucho anios !!!
ResponEliminaSilvio
Estimado amigo poseo una escopeta de aire comprmido HAENEL MOD. 310 calibr 4,4 mm. le falta el cargador desearia saber si alguien me puede indicar donde conseguirlo asi como las bolas de dicho calibre. Un saludo Adolfo Ladero de la Cruz.
ResponEliminaEn cuanto al cargador, dudo mucho de que se pueda encontrar como no sea procedente de algun arma tan deteriorada que no se pueda restaurar. De todos modos no estaría mal permanecer atento a lo que sale a la venta en http://www.egun.de/market/index.php que es una especie de ebay de las armas alemán.
EliminaLos balines de 4.4 se que alguien los ha comprado en alguna tienda alemana,. pero ahora mismo no sabría decirte cual.