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divendres, 15 d’agost del 2025

LA 2240 HAMMERLESS


-Este trabajo fue realizado por los años 2011-2012 y publicado en airecomprimdo.net, pero como el tiempo lo ha borrado, procedo a ponerlo aquí-




Llegó a mis manos, hace tiempo, una Crosman 2240 recién salida de Sermasports. Fue el cambalache con un amigo por la realización de unas customizaciones. 



En principio mi idea era transformarla a tope en plan monstruito potente, cosa que ya había hecho con una de la misma familia y acabé desechando la idea, por repetitiva, pero no sabía bien “que hacer con ella”...


Probando a apuntar y disparar en vacío, sin poner bombona de gas ni balín, me di cuenta que el golpetazo del martillo sobre la válvula era importante y desestabilizaba en gran manera el mantenimiento de la alineación de miras. Cuando se tira con gas y proyectil, por descontado que no nos enteramos, porque el disparo sacude en mayor medida el arma, pero quiero creer que ya cuando el balín abandonó el cañón. No obstante, el golpe del martillo, si que es anterior a producirse el disparo y por lo tanto toda desalineación repercutirá en la puntería.


He leído alguna vez que algún muy buen tirador se lamentaba de que el golpe de martillo de tal carabina le perjudicaba en la precisión... Yo que no soy más que uno corrientillo tirando a malo, me quedé sorprendido, pero decidí creérmelo. Desde luego, que con una carabina agarrada con las dos manos y apoyada en el hombro y la mejilla, yo no soy capaz de notar este efecto, pero con una pistola empuñada con una sola mano y el brazo extendido (posición clásica de tiro de precisión), si que noté que la 2240 brincaba de forma poco alentadora.


Me propuse hacer la machada de reconvertir la sencilla pistola de Crosman en un arma que pudiera parecerse a una de precisión a 10 metros (de gama baja, claro).




Bueno, bueno, no me quemen en la hoguera... Que ya se que con las bombonitas de 12 gramos no vamos a ningún lado... No pienso dedicarme al tiro olímpico con ella, pero como ejercicio de diseño (o rediseño), me ha mantenido entretenido a lo largo de muchos meses, pues las horas que pude dedicarle, en una época difícil como esta, son pocas y por lo tanto se alargó más de un año la “obra”.


Si quería eliminar el golpe del martillo, nada mejor que prescindir del martillo. Alambicando ideas sacadas de aquí y de allá, pergeñé un proyecto de mecanismo que teóricamente era prometedor. La realización supuso hacer y deshacer o rectificar varias veces parte de las piezas, pero así es como se aprende y como, yo al menos, disfruto como un niño con una peonza.


Vamos a ver si soy capaz de explicar el funcionamiento:



La cápsula de Co2 (1) una vez pinchada llena una primera cavidad (2) de lo que sustituye el cuerpo de la válvula original. Cuando accionamos la palanca trasera (que tiene otras funciones como veremos), se abre una válvula (4) -la que tiene el pincho para perforar la bombonita la primera vez que se acciona- que permite que se llene una segunda cavidad (3). Esta segunda cavidad (3) tiene una determinada capacidad que se consume en su totalidad a cada disparo y por lo tanto de ella depende la potencia y el consumo. Al accionar la palanca, además, hemos cerrado esta segunda cavidad (3) por el otro extremo con una pieza-obturador (5), que se queda retenida en esta posición por el sistema de disparo (7). Así tenemos el arma dispuesta. Pero la palanca, además, en su viaje de ida, abre le recámara echando el cerrojo para atrás y permite el alojamiento del proyectil. Al regresar a su posición obtura la recámara.


Cuando accionando el gatillo movemos el apéndice (7), del sistema de disparo que ha sido profundamente modificado para actuar al revés que de origen (impide que el obturador se desplace hacia atrás en vez de retener el martillo que tiende a ir para delante por empuje del muelle en el modelo original), se zafa el obturador (5) que recorre un trecho suficiente para que el gas se cuele por el puerto de transferencia (6) y empuje el balín.



                                    


El grupo de accionamiento trasero es algo complejo, pues tiene dos levas que se mueven en dirección opuesta con el accionamiento de la palanca. Una de ellas abre y cierra la recámara y la otra empuja el obturador a su posición más adelantada (para que lo retenga el sistema de disparo).



Al accionar la palanca (P) hacia atrás, mediante la biela (B) abrimos la recámara para introducir el balín al tiempo que la biela (A) empuja el obturador para que quede retenido por el sistema de disparo (7).


Al accionar la palanca (P) hacia delante, cerramos la recámara mediante la biela (B) y la biela (A), queda inactiva, pues se retrasa.


Y el sistema de disparo, como dije, se ha variado para que actúe de forma inversa: 



Para empezar, se insertó una plancha de latón (1) entrada a presión entre los varios salientes del mismo armazón, al que se le fijaron los distintos componentes.


El funcionamiento ya se intuye en la foto: El gatillo (2) al ser accionado, empuja la pieza (3), que basculando sobre el tornillo-eje, baja el saliente inferior que retiene la pieza (5) que es la que contiene la fuerza que ejerce la presión del co2 sobre el obturador.

Esta presión es la que venciendo al muelle (6) mueve la pieza para que se zafe el obturador y escape el gas que origina el disparo.


Para que la pieza (3) regrese a su sitio (y por tanto el gatillo), tenemos el muellecito (4) y para la recuperación de posición de la pieza (5), en cuanto la palanca de montar adelante el obturador, disponemos del muelle (6).



En cuanto al mango del cerrojo, ha sido eliminado y sustituido por un apéndice que sobresale por la parte inferior y que conecta con la leva (B) del sistema de carga.



Y esto es todo. No se consigue un arma de competición, pero si una pistola con mayor capacidad de precisión. Para mejorarla sería imprescindible un sistema de puntería más elaborado y una empuñadura anatómica, pero esta es otra aventura, que por hoy el reto se ha cumplido…






 






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